junio 27, 2008

Educación, Estado y Mercado (parte 1)

En la semana se me invitó a participar en un foro-debate en torno al tema que encabeza esta columna a raíz de la nueva ley general de enseñanza (LGE) que reemplazará a la ley orgánica constitucional de educación (LOCE). Intentaré resumir lo que fue mi intervención centrada en la educación superior que es donde me desempeño por más de 35 años. Hasta la década de los 70, la institucionalidad del sistema de educación superior era muy simple: estaba monopolizada por 8 universidades con sedes regionales, las cuales eran financiadas en un 80% a través de la ley de presupuesto y leyes especiales. Los alumnos tan solo pagaban pequeñas cuotas de solidaridad diferenciadas por su capacidad de pago. Quienes accedían a las universidades solían pertenecer a familias de los quintiles de más altos ingresos. Antes de la irrupción del régimen militar la cobertura llegó a 140,000 alumnos. En 1973 se comenzó a delinear el desmantelamiento de este sistema para configurar las bases de la arquitectura de educación superior que con más o menos variantes menores nos rige hasta la fecha. En efecto, desde el mismo 11 de septiembre de dicho año, a través del decreto n° 50 fueron intervenidas las 8 universidades, sacando a sus rectores y reemplazándolos por miembros de las FFAA, los que se distribuyeron las universidades como verdaderos trofeos de guerra. Todo bajo el argumento de que las universidades habían sido infiltradas por el marxismo-leninismo internacional y que debían ser depuradas. Desde entonces, y hasta 1980 la institucionalidad educacional superior quedó sometida a la discrecionalidad de la Junta Militar, la que estranguló a las universidades reduciendo sus presupuestos en más de un 50%, en tanto que la matrícula disminuyó a 120,000 alumnos. Esta realidad indesmentible, que se oculta una y otra vez, es la que despejó el terreno para imponer a sangre y fuego, a espaldas de la ciudadanía, las profundas reformas promercado aplicadas en la década de los 80 cuyas características centrales se mantienen vigentes gracias a una institucionalidad política que ha asegurado su perpetuidad. Institucionalidad basada en senadores designados y vitalicios al inicio de nuestra peculiar transición; un sistema binominal que sobrerepresenta a la segunda mayoría y excluye a las demás fuerzas políticas; y la existencia de quorums calificados que impiden modificar las leyes que sostienen esta arquitectura. De esta forma, toda modificación solo puede realizarse con la venia de la derecha, otorgándole un poder de veto que ha utilizado sin asco. Es en este marco que surge la LGE en reemplazo de la LOCE, cocinada entre 4 paredes y promulgada el 10 de marzo de 1990, un día antes del inicio del primer gobierno de la Concertación. Por tanto, la LGE es lo que permitió la derecha, no necesariamente lo que quiere el país. Ese es su drama.

junio 20, 2008

De la mano del loco

El triunfo de Chile ante Bolivia y Venezuela de visita es algo inédito. Dos victorias al hilo en el extranjero nos otorgan 6 puntos impensados que nos permiten recuperar con creces los 3 puntos perdidos de local ante Paraguay. Estos son los hechos escuetos.

Triunfos logrados con un plantel conformado por jugadores jóvenes, guiados por la mano del loco quien apostó por ellos. Triunfos rotundos, plantándose Chile en la cancha con una personalidad poco habitual, dominando claramente, sin aratonar, sin refugiarse atrás cualquiera sea el marcador, recuperándose de marcadores adversos.

En momentos que el país vive una situación política y económica compleja, estos triunfos vienen bien porque energizan, vitalizan, insuflan optimismo, nos permiten volver a creer. Lo ideal sería no caer en el exitismo desmedido que tanto daño produce, y por ello importa mantener los pies en la tierra y que no se nos vayan los humos a la cabeza.

No olvidemos que derrotamos a dos equipos abordables y claramente inferiores futbolísticamente por historia, aunque las diferencias se están acortando como lo demuestra la igualdad que vVenezuela obtuvo en el mítico estadio Centenario ante Uruguay a pesar de lo devaluado que está. Ahora es dificil hablar de equipos débiles. Tampoco debemos olvidar que en ambos partidos mostramos momentos de desaplicación, de pases y pelotas perdidas. Con todo pocas veces nos paramos en la cancha con la pachorra que mostraron estos jóvenes y nunca habíamos regresado de dos partidos de visita con todos los puntos disputados en el bolsillo.

No olvidemos que tras estos triunfos no hay proceso alguno, no hay continuidad, y que así como ahora estamos celebrando, no tenemos elementos que nos garanticen que no volvamos a la irregularidad de la que tradicionalmente hacemos gala. Esto es, una golondrina no hace verano.

Sin perjuicio de lo expuesto, se ha dado un paso gigantesco tras la clasificación hacia el próximo mundial. Para seguir en esta senda sería bueno que los clubes sean más generosos y otorguen las facilidades para que la selección alcance su objetivo removiendo los obstáculos que habitualmente suelen interponer.

junio 13, 2008

El precio del petróleo

Una de las mayores preocupaciones que se observan es el fuerte aumento del precio del petróleo, el que alcanza niveles impensados hace poco tiempo atrás y que no muestra signos de detener su camino.

La razón de esta preocupación reside en que vivimos en un mundo cuyo desarrollo se ha sustentado en un bajo precio del petróleo. Si bien podríamos entrar a discutir respecto de cuál es el precio que debiera tener, lo concreto es que los precios de ayer difícilmente volverán y el escenario más probable es que siga subiendo inexorablemente.

No es necesario ser economista ni neoliberal para darse cuenta que el petróleo es un recurso no renovable cuya demanda se incrementa como causa y consecuencia del mayor ingreso y del estilo de vida dominante.

Si el día de mañana tuviésemos el ingreso de los norteamericanos, tendríamos al menos dos vehículos por casa. Imaginemos la demanda que tendríamos si los chinos alcanzaran dicho nivel de ingresos con un patrón de desarrollo como el nuestro. El consumo de petróleo se dispara y las reservas desaparecerían rápidamente por más que de vez en cuando descubramos nuevas reservas petrolíferas y produzcamos vehículos más eficientes y nuestras industrias demanden menos petróleo para ponerse en acción.

En este contexto, al margen de las maniobras del cartel de la OPEC por manejar el precio, mas temprano que tarde estaremos enfrentados a la realidad dura y cruel: el petróleo tiene sus días contados. Por tanto, en vez de andar haciendo piruetas intentando frenar esta alza, lo que debiésemos hacer es modificar nuestros hábitos, nuestra estructura de consumo. Esto es, nuestro estilo de vida. Eso duele y cuesta, de allí los pataleos y pataletas. No otra cosa son los intentos por reducir los impuestos sobre los derivados del petróleo o por allegar recursos al fondo de estabilización.

Esto último tendría sentido si estuviésemos ante un fenómeno puntual, pero todos sabemos que no es así. Seguiremos teniendo petróleo caro para rato, incluso más, mucho más caro. Y reducir los impuestos específicos sería engañarnos y olvidarnos que cuando quieres desalentar el consumo o producción de un bien que produce “males”, aplicas un impuesto. En el caso del petróleo su alto consumo por parte de automóviles, buses y camiones produce, entre otros “males”, congestión y contaminación.

Pero no hay mal que por bien no venga. El alto precio del petróleo y su futuro agotamiento rentabilizará fuentes energéticas que hoy no son alternativas viables por su alto costo al lado de un petróleo “barato”. Para eso debemos aguantar el chaparrón y resistir por la vía de cambiar nosotros mismos. Si lo hacemos el costo del cambio será menor que si no lo hacemos.

junio 06, 2008

Paros y tomas estudiantiles

Diversas universidades estatales han ido cayendo en estado de paro o toma. Algunas llevan semanas, en tanto que otras tan solo días, aunque sin que se visualice con claridad la fecha en que pueden terminar.

Los motivos que se explicitan si bien varían de universidad en universidad, o de carrera en carrera, tienen como común denominador una suerte de malestar indefinible de raíces aparentemente desconocidas o de carácter difuso, borroso. En algunas el énfasis está puesto en aspectos concretos tales como los aranceles, el pase escolar o la asignación de crédito universitario; en otras el acento se concentra en temas más abstractos o de naturaleza más políticas como los relacionados con la solidaridad con otras universidades, la ley general de educación, la privatización, el lucro en la educación.

Año a año esta situación es vivida con mayor o menor magnitud según la universidad que se trate, lo que delata que si existen problemas de fondo, ellos no estarían siendo abordados ni resueltos oportunamente. Actualmente se da en un contexto mundial marcado por las crisis alimentaria y petróleo junto con la incorporación de China e India a la estructura de consumo poblacional. A nivel nacional las protestas estudiantiles están coincidiendo con las de los transportistas sin que las instancias políticas regulares hayan sido capaces de anticiparse a ellas.

Resulta contradictorio que mientras el gobierno de la Concertación logra un gran acuerdo con la derecha a punto de refrendarse en el Congreso, en la calle las protestas, las tomas y paros expresan su repudio a este acuerdo obtenido con mucho esfuerzo, que si bien no satisface plenamente las expectativas de ninguno de los actores, es el consenso al que se ha arribado, y que teóricamente estaría siendo respaldado por al menos el 90% de la ciudadanía.

O tales protestas, tomas y paros están siendo manipulados por interesados en subvertir el orden público, o son manifestaciones de malestar social generalizado que la representación política instalada en el gobierno y en el parlamento no está recogiendo al transitar por carriles distintos a los intereses ciudadanos.

Las instituciones que están siendo afectadas son establecimientos educaciones básico, medio y universitario estatales, no los establecimientos privados, con lo que implícitamente –sin querer- se está tendiendo a fortalecer a estas últimas como lo prueba la tendencia hacia la baja en la matrícula que desde hace décadas están sufriendo los establecimentos educacionales municipales.

En los tiempos que corren, de dominio sin contrapeso del capitalismo luego de la caída del comunismo, me atrevería a descartar la alternativa de la manipulación. Más bien creo que estamos ante una realidad política que rehuye el debate de los problemas de fondo y que no ha sido capaz de enfrentar la marea privatizadora neoliberal y la jibarización del Estado, cuyas consecuencias ya estamos palpando.

Las instituciones que están siendo afectadas por los paros, las tomas y las protestas que degeneran en destrucción, son establecimientos educaciones básico, medio y universitario estatales, no los establecimientos privados, con lo que implícitamente –sin querer- se está tendiendo a fortalecer a estas últimas como lo prueba la tendencia hacia la baja en la matrícula que desde hace décadas están sufriendo los establecimentos educacionales municipales.

Desafortunadamente los procedimientos empleados para expresar este malestar no son los apropiados. Los desórdenes, la destrucción, las tomas en vez de fortalecer las ideas que se defienden, las debilitan, e implica afectar los derechos de terceros y una renuncia el diálogo, instancia irrenunciable en todo espíritu democrático. La defensa de las ideas se obtiene en base a claridad de objetivos, convicción y disciplina.

Los grandes luchadores sociales no han sido los que han pregonado la violencia, sino que los no violentos. Mahatma Gandhi logró iniciar el camino hacia la independencia de la India sin el mas mínimo asomo de violencia. En USA, Martin Luther King constituye un hito en el proceso de lucha contra la discriminación racial, al igual que Mandela en Sudáfrica. Y en Chile, Clotario Blest es el más digno representante de la vía pacífica contra la injusticia social. Estos grandes hombres que cambiaron el curso de la historia no incurrieron en tomas ni desórdenes, por el contrario, fueron capaces de remover obstáculos en base a grandes objetivos y sólidas convicciones.