enero 04, 2008

Lo que se nos viene encima

El inicio de un nuevo año es una buena oportunidad para visualizar el contexto en que nos situamos y proyectarnos en consecuencia. Si bien no es fácil reducir las reflexiones a una columna, al menos haremos el intento. Para ello emplearé un enfoque descendente, de arriba hacia abajo, top down. Por tanto partiré de lo mundial, luego a lo latinoamericano, para terminar en lo nacional.

El mundo parece tener a desestabilizarse, lo que implica necesariamente la búsqueda de un nuevo equilibrio. Esto vale tanto en el plano político, como económico, e incluso ecológico. El mundo monopolar que emergió con el derrumbe soviético y la hegemonía norteamericana están siendo jaqueadas, mostrando fisuras inocultables –frecuentes crisis bursátiles cada vez más agudas, emergencia de China, creciente pérdida de control sobre la producción petrolera, el desastre de la guerra en Irak-. Sin embargo, aún no hay claridad respecto de lo que viene y tampoco se puede ignorar la capacidad del capitalismo para la resurrección y adaptación a las nuevas circunstancias.

En Latinoamérica seguimos dando muestras de infantilismo político al ser incapaces de abandonar los énfasis en cuestiones fronterizas y adoptar políticas comunes y confiables en beneficio de las grandes mayorías que continúan siendo postergadas y excluidas del progreso. Los arrebatos de modernidad no son más que islas en un mar donde sigue campeando la pobreza y la marginalidad. El reciente conflicto entre Colombia y Venezuela a raíz de la frustrada liberación de los rehenes por parte de la guerrilla, no es sino un botón de muestra. Ayer fue el de Argentina con Uruguay a propósito de la instalación de una planta de celulosa, o el del gas entre Argentina y Chile, así como mañana puede serlo el de Chile con Perú a propósito de los límites marítimos, o el de Chile con Bolivia por el tema de la mediterraneidad de esta última nación.

En Chile cuesta encontrar un gobierno al cual todo se le haga tan cuesta arriba todo. Si bien Michelle ha contado a su favor una holgura financiera gracias a un precio del cobre excepcional, ella se ha visto anulada por desaguisados heredados del Transantiago, EFE, Chiledeportes que han afectado su accionar. 

Este será un año marcado por las elecciones municipales, las que precederán a las parlamentarias y presidenciales del próximo año. Si bien la derecha pareciera tener el camino despejado para concretar la alternancia, el tema no está zanjado por su suerte de debilidad congénita de la que padece: su tendencia al personalismo y una oferta que no inspira confianza. De otra manera no se explica que a pesar de la baja que las encuestas asignan a la Concertación, ella no se exprese en un aumento de la Alianza. Todo indica que se está abriendo un espacio que no está siendo satisfecho por ninguna de las fuerzas políticas dominantes.

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