noviembre 09, 2007

Intereses usureros

No obstante que desde los tiempos bíblicos se prohibe la usura, en la actualidad ella campea como Pedro por su casa. Bajo el actual modelo económico cualquiera diría que es un concepto obsoleto. Conceptualmente la usura podemos entenderlo como todo cobro por encima de un cierto valor razonable. Ahora qué se entiende por razonable es lo que se deja en el limbo, aunque legalmente se establece como todo cobro por sobre una tasa de interés máxima legal. Claro que ésta suele sortearse por la más diversas martingalas de que hacen gala muchas empresas, particularmente las dominantes. Sí, porque además de las tasas de interés han creado comisiones, ya sea por mantención y/o administración anual y mensual de deudas como por avances en efectivo, pagos en cuotas, etc.

El problema de fondo reside en que los más pobres, los más necesitados, y también los no tan necesitados, terminan pagando las ganas por los bienes y/o servicios que adquieren, mucho más que los poderosos que se pueden dar el lujo de pagar al contado.

Incluso nos tientan a comprar vía tarjetas. En el pasado, hasta con el respaldo de la teoría económica, todo producto que comprabas tenía un único precio contado menor que si la adquisición la hacías en cuotas. Hoy es al revés. En las grandes tiendas si voy a comprar y quiero pagar al contado me cobran más que si pago con tarjeta. Ejemplo: un producto X contado vale $ 40,000, pero con tarjeta vale $ 30,000 y caemos como pajaritos porque al final terminamos como Pepito: pagando doble o más.

Vía planes de marketing que recurren a mensajes subliminales, apelando al subconsciente para generar dependencias y/o adicciones, nos meten el dedo en la boca una y otra vez resaltando rebajas y ocultando intereses y comisiones o presentándolos en formatos que no se entienden.

Para rematarla nos encontramos inmersos en una sociedad que nos consume de modo tal que no nos hacemos tiempo para enterarnos siquiera si nos están estafando, aunque se tiene la percepción que existe una estafa brutal. Y cuando uno tiene la certeza que se le está estafando, y quiere encarar legalmente el caso, al frente se encuentra con que las empresas se apertrechan con equipos de abogados tan curtidos en estas lides que a uno lo hacen abandonar la aventura de intentar defender lo suyo.

Si bien uno pensaría que existen instituciones estatales encargadas de protegernos en este ámbito, como la Fiscalía Nacional Económica o el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), la verdad que están castrados de nacimiento, porque fueron creados de forma tal que a lo más pueden “informar” o “advertir”, porque carecen de atribuciones fiscalizadoras propiamente tales. Esto porque se asume que estamos bajo un régimen de libre mercado, donde todos somos mayorcitos y sabemos lo que hacemos en medio de una supuesta libre competencia entre las empresas. Como para creer en el viejo pascuero.

1 comentario:

  1. Anónimo1:16 p.m.

    Señor Schmol
    Nosotros mismos somos los culpables de la usura. Ayer me llegó la cartola de la AFP y puedo ver como sin más me comunican que a partir del 1°de Enero del 2008 la comisión dela cuenta de cotizaciones obligatorias sera de un 2,65% sobre el ingreso imponible mensusal. En la misma cartola me comunican que además de la comisión anual (valores que van desde $276.648 a $358.526, según la AFP)por concepto de seguro de invalidez y sobrevivencia se me cobran $90.562. Esto es legal. ¿Quién nos defiende de estos usureros?

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