septiembre 27, 2007

Femicidio en Chile

Como asesinatos en serie parecen publicitarse los casos de femicidio que están convulsionando a nuestro país en los últimos días. No es para menos considerando la violencia con que tienen lugar. Los casos más recientes son particularmente decidores. En una de las comunas de la capital del reino una joven de 16 años fue apuñalada y degollada por su pareja de 23 años luego de llevarla a un sitio eriazo. Para ocultar el crimen se autoinfirió heridas simulando un asalto. Posteriormente confesó el asesinato, que no fue sino la culminación de una trágica historia repleta de amenazas y golpizas constantes. El clásico caso del macho recio abusador.

En otro caso, en la comuna de Chanco, movido por los celos y el deterioro de la relación, otro valiente macho recio mata a su mujer de dos tiros, uno de ellos por la espalda y el otro en el tórax.

En Illapel otro santo varón de 21 años asesina con una escopeta calibre 12 a quien fuera pareja de su hermano. Cometido el crimen, se suicida de un tiro en el cuello. Todo porque ella no quiso irse con él.

Los casos mencionados no son sino los últimos, en menos de una semana, y dan cuenta de una cultura marcada por una visión de la mujer como un ser inferior y que debe subordinarse a la voluntad del hombre. Tales asesinatos no son hechos puntuales producto de actos de locura súbita, sino el desenlace de seguidillas de episodios de violencia marcadas por una concepción de subordinación de la mujer a los designios del hombre.

Quienes creen que se trata de una realidad nueva, se equivocan: ha estado oculta por siglos y que recién ahora está empezando a salir a flote a raíz de la emancipación de la mujer que muchos varones no aceptamos o que a duras penas toleramos. Es uno de los resabios de una sociedad conservadora.

Todos estos casos, son inherentes al femicidio, definido como el asesinato de una mujer como consecuencia extrema de la violencia de género, la que tiene muchos matices y que no se limita a la física. Cabe consignar que las víctimas además de ser mujeres, suelen tener un perfil marcado por su condición de pobres, dueñas de casa o con trabajos precarios y mal remunerados, de baja escolaridad. Que quede constancia, que las mujeres de los sectores medios y altos, tampoco se salvan.

Muchos casos fueron precedidos de denuncias que no fueron oídas ni atendidas a tiempo por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo. Y cuando fueron oídas, no fueron protegidas. La negligencia policial y judicial está costando vidas. Una mujer –Magaly Jara- denunció la violencia en su propio hogar de parte de su marido. La justicia no la protegió y cuando el marido se enteró de la denuncia, la violó y la mató bajo la concepción de que ella era de su propiedad, que él era dueño de ella. Es hora de dejar de lado una pasividad cómplice y ponerse de pie en esta materia, crear conciencia a fin de prevenir y reducir la existencia de estos asesinatos.

1 comentario:

  1. La fiereza, la premeditación insensible, los impresionantes datos de lo historias recientes, nos muestran las terribles ironías de quienes dicen amarnos las que nos están trasladando a la tumba .
    SLDS

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