marzo 23, 2007

La voz de los expertos

Los problemas que debemos enfrentar como sociedad, para su resolución, se pueden abordar desde distintas perspectivas. En general, éstas se clasifican en dos grandes categorías: el enfoque técnico y el conductual.

El primero de ellos, pone el énfasis en la naturaleza técnica de los problemas y sus soluciones. Apela a la voz de los expertos. Son ellos los que deben buscar las soluciones, los que “tienen” las soluciones. Los avances científico-tecnológicos han sacado a los expertos del ostracismo y los han puesto en la vitrina a vista y paciencia de todos. Son los nuevos dioses, los que tienen la última palabra. Quienes no son expertos no tienen pito que tocar. Son las personas y la sociedad en general las que deben adaptarse a las soluciones planteadas por los expertos.

Si la realidad no se comporta de acuerdo a los modelos y predicciones de los expertos, no son los expertos los que han fallado, ni los modelos ni sus predicciones. Para los expertos sería la realidad la que está fallando, pues es ésta la que tiene que ajustarse al modelo. A este grupo tienden a adscribirse los tecnófilos o tecno-optimistas, quienes confían a ojos cerrados en las bondades y posibilidades que ofrece la tecnología para resolver problemas por gordos que sean.

El otro enfoque para la resolución de los problemas, el conductual, pone el acento en las personas, las organizaciones, los grupos humanos, sus comportamientos y culturas, en el impacto que tienen las alternativas de solución sobre las personas y la sociedad en general, así como en sus posibilidades de implementación. En consecuencia, bajo esta visión, toda propuesta de solución debe considerar a los diferentes actores sociales involucrados. A diferencia del enfoque técnico, los protagonistas no son los expertos ni las tecnologías, sino las personas, los grupos humanos comprometidos. Quienes se adscriben a este enfoque tienden a ser tecnófobos o tecno-pesimistas, convencidos que las soluciones basadas en tecnología generan más malestar que bienestar y que ningún proyecto tecnológico es autónomo puesto que siempre estará al servicio de proyectos o grupos políticos y/o económicos, explícitos e implícitos.

Pero no todo es blanco o negro, y así es como surge el enfoque sociotécnico que busca recoger lo mejor de ambos enfoques amortiguando lo negativo. Este enfoque procura el ajuste o alineamiento mutuo de la tecnología y las organizaciones hasta que sea satisfactorio. Lo que implica que la tecnología debe adaptarse a las personas, pero que estas también tengan la disposición para modificar sus patrones de comportamiento al sopesar las beneficios/perjuicios que toda innovación tecnológica conlleve.

Estas líneas están escritas en el contexto de la implementación del nuevo sistema de transporte público en la capital del reino. Acá se habría impuesto un modelo donde expertos parecen haber diseñado un sistema creyéndose el cuento de que las personas se adaptarían a cómo diera lugar. Como mansas ovejitas.

2 comentarios:

  1. Anónimo11:06 a.m.

    En Chile la cancha esta rayada. Consideramos solamente lo que el modelito neoliberal nos impone, con algunos menores ajustes porque tenemos una presidenta "socialista". Esto significa que los expertos, sean técnicos , tecnófobos, o tecno-conductualistas, no pueden libremente partir de cero para crear el mejor sistema de transporte público. Este proyecto viene con las piezas hechas, con las imperantes y limitantes del dogma económico neoliberal. El trabajo, entonces, consiste en ordenar las piezas del supuesto rompecabezas, que ya tiene su lógica interna. Los optimistas, y me encuentro entre ellos, pensamos que estábamos creando un sistema de transporte nuevo para Santiago, que cumpliría con los objetivos básicos de mantener o mejorar el accesso, estandarizar los horarios, disminuir el cáos y peligrosidad, mejorar el medioambiente, etc.
    Quizás somos caídos del catre, don Rodolfo.

    JM

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  2. Anónimo8:24 p.m.

    Aqui los planificadores se quedaron cortos en todo..buses,Metro,software,rutas,paraderos,prevision de escenarios y a los conductualistas le falto alzar la voz a tiempo,para que Michelle oyera lo que oyo ahora,tarde pero claro y no queda mas que meter platas del fisco para arreglar el desastre social de los que usan el Transantiago y,de paso pero obligado,asegurar su
    buen negocio a los empresarios que
    operan y financian el plan.

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