diciembre 27, 2005

Análisis político (parte 3)

Desde la izquierda muchas de las críticas apuntan a que la Concertación ha defraudado las espectativas que había generado y a su incapacidad y/o falta de voluntad para alterar el modelo económico imperante. Por ello esos sectores recomiendan votar nulo o en blanco.

He recibido correos con duras críticas al accionar de la Concertación, duras y válidas. Asi y todo, no voto nulo. Y para ahorrarles mayores lecturas reiteraré lo que creo que en alguna oportunidad ya he escrito. Aún cuando la concertación pueda ser tildada de una suerte de nueva derecha, entre la nueva derecha y la de siempre, me quedo con la nueva. Voto concertación porque no hacerlo es dar paso a la vieja derecha, a la derecha pinochetista.

Desde cierto ángulo, en cierto modo la concertación nos está chantajeando, y no nos queremos dejar chantajear. Para eso está la opción de Juntos podemos más, la de la izquierda extraparlamentaria, la que no está en el congreso por el sistema binominal. Gracias a esta izquierda tendremos segunda vuelta y quizá la perdamos. Gracias a esta izquierda hemos perdido parlamentarios, y no solo eso, la derecha ha ganado parlamentarios. Gracias a esta izquierda hemos tenido que gobernar con la vieja derecha. El asunto es muy simple. Si la izquierda no quiere apoyar a la concertación, gana la derecha. eso es lo que quiere? Bueno, tengamos entonces un gobierno de derecha. Creo que a la izquierda se le ha olvidado lo que es un verdadero gobierno de derecha. Nosotros somos una caricatura de gobierno de derecha.

Sabemos lo que es un gobierno de derecha. Lo hemos vivido, sufrido y no lo olvido, a pesar de todos los defectos, de todas las limitaciones, de todas las criticas, de todas sus malas políticas, voto concertación. No estoy disponible para un voto nulo que será capitalizado por la candidatura alternativa. Esto no es un juego, esto es política, y los errores se pagan caro. No se fuerza para hacer las cosas que tenemos que hacer y por las que creemos. Y en gran parte no la hemos tenido porque existen sectores que se han restado. Que a la primera dificultad desertan. los maximalistas, los puristas. Esto no es una línea recta, el camino es tortuoso, con avances y retrocesos. Para quienes creen que la concertación es lo mismo que la derecha, el tema es: cómo estaríamos hoy sin la concertación? Quizá debamos votar nulo para que la concertación deje de gobernar para la derecha y nos haga bien que gane la derecha. Tras Piñera está la ultraderecha de la UDI.

Pero que después no lloren. Se han olvidado cómo reprime la derecha, cómo mata, cómo despide. Con la derecha ni siquiera tendremos sueldo mínimo porque limitan el libre mercado. Si Lagos ha gobernado para los empresarios, imagínense cómo lo habría hecho Lavín si todo lo que ha hecho Lagos se le hace poco. Siempre pide más y más, y puede hacerlo porque tienen a la UDI y RN en el Congreso, muchos de los cuales están ahí gracias a esa izquierda que se da el gustito de posturas testimoniales. Si con Lagos hemos firmado tratados lapidarios para chile, imaginense ecómo habría sido con Lavín. En un hipotético gobierno de Piñera estos tratados van a ser tildados de revolucionarios al lado de los que se le ocurra firmar a Piñera. Si nosotros hemos entregado la riqueza minera a las transnacionales por 100 pesos, Piñera lo hará por 50 pesos. Si la educación hoy es cara. con la derecha lo habría sido mucho más. Lo mismo con la salud. En fin, para qué seguir.

En realidad, votemos todos por Piñera. No tiene sentido que gobernemos solo para impedir que el país sea tan regalado, regalémoslo de un viaje. O que se nos explotein misericordamente. No, me arrepiento, no votaré nulo porque conservo la esperanza que se pueda hacer lo que debemos hacer. De todas formas, voto Michelle.

diciembre 20, 2005

Análisis político (parte 2)

No deja de impresionar el optimismo que reina en la oposición frente a la segunda vuelta presidencial. A pesar de los 20 puntos de ventaja que sacó Michelle por sobre su inmediato contendor y que la coalición que la respalda, la Concertación, superara con creces a la alianza opositora.

Este optimismo opositor también se dio en las elecciones pasadas cuando Lagos tampoco logró la presidencia en la primera vuelta. Entonces, el optimismo emanaba de un contexto económico a nivel nacional que había perdido impulso como consecuencia de un mal manejo de a crisis asiática y por la condición socialista del entonces candidato Lagos. Por primera vez la Concertación postulaba a un socialista a la presidencia, lo que fue aprovechado por la oposición para atizar sus temores por un retorno de la Unidad Popular y de una supuesta izquierdización que pondría en jaque el “modelito”.

Ya entonces el candidato opositor, Joaquín enarbolaba las banderas de la alternancia, del cambio y de la búsqueda del voto de centro, en particular de ese voto proveniente de sectores cercanos a la Democracia Cristiana, aprovechando que este partido no llevara candidato presidencial propio. A pesar de la derrota opositora en la primera y segunda vuelta, su mensaje encontró cierto eco. De hecho, mientras Aylwin y Frei obtuvieron la presidencia en la primera vuelta con porcentajes por sobre el 55%, Lagos la obtuvo en la segunda vuelta por un porcentaje que apenas superó el 50%.

En estas circunstancias, no debiera llamar la atención que nuevamente estemos ante una segunda vuelta. Tampoco debiera sorprendernos los intentos opositores por “fichar” adherentes desde la Concertación. Por otro lado, la candidatura opositora ya no es Joaquín, sino que Sebastián, cuya vinculación con la dictadura es significativamente menor a la de Joaquín.
Sin embargo, Sebastián tiene que lidiar con algunas realidades. La situación socioeconómica, política y cultural de hoy es significativamente superior a la de 6 años atrás. De partida, el gobierno encabezado por Lagos está siendo reconocido no solo como el mejor de los tres encabezados por la Concertación, sino que el mejor del último siglo, y su heredero natural sería Michelle. De hecho, se reconoce que la Concertación ha sido una coalición exitosa en su tarea de dar gobiernos estables y responsables, por lo que todo aconsejaría continuar por esta senda, antes que aventurarse tras proyectos personalistas.

Si bien, desde la propia noche del 11, tanto Joaquín como la UDI se cuadraron tras Sebastián, cuesta creer que de la noche a la mañana, hayan podido borrar los históricos y permanentes desencuentros y conflictos que los ha caracterizado desde su origen. Mientras Sebastián encarna un proyecto con un tinte más personalista, Joaquín, y particularmente la UDI, están en un proyecto más institucionalizado, consistente con la filosofía de su principal fundador, Jaime Guzmán. Ello en consideración a las malas experiencias que la derecha ha tenido en el pasado cuando respaldó personas antes que proyectos capaces de consolidarse en el tiempo.

En este sentido cuesta creer que el respaldo público entregado por la UDI a la candidatura de Sebastián sea real, sincero y concreto, así como que la votación obtenida por Joaquín sea íntegramente traspasable a Sebastián.
No obstante lo expuesto, debo confesar que el resultado de la elección presidencial me defraudó a pesar que Michelle obtuvo sobre el 45%, que sacó 20 puntos por sobre su más cercano competidor, y que sigue teniendo la primera opción para la segunda vuelta.

¿A qué se debe entonces el optimismo opositor? ¿Están blufeando? No lo sé, pero sí tengo una sensación que nos equivocamos de candidata. Subió como la espuma, nos creimos el cuento y menos de un mes antes de las elecciones observamos cómo se desinfla. Para la segunda vuelta, si ganamos, será con el vuelito y porque se ha logrado frenar el ascenso de Sebastián.

Michelle subió por su carisma, su simpatía, su cercanía con la gente, su caracter ciudadano. Imaginaba que tras esa imagen tenía que haber algo mas consistente y me fié de sus correligionarios, los que la conocen como una persona de partido, con ideas claras. me fié de su historia de vida, de su trayectoria. Una existencia marcada por las dificultades y la capacidad para sobreponerse a ellas con mucha dignidad. Para superar los escollos sin guardar rencores y más encima ser optimista, hay que tener cuero duro, caracter, personalidad. claridad de objetivos. Sin embargo, en estos meses no he visto el despliegue de esas capacidades. Si bien los medios de comunicación están controlados por la oposición, de todas formas existen instancias para "verla en acción" como todos queremos. Frente a un embrujo arrollador de Sebastián, ella aparece inhibida sin mayor capacidad de reacción. Quizá estemos acostumbrados a reacciones tipo Lagos o Vidal o Insunza o Zaldívar. Sebastián aparece todos los días jaqueándola y no visualizo que lo enfrentre apropiadamente.

¿Qué clase de candidata hemos puesto al frente? No estamos jugando a las bolitas. Siempre me he fiado que ya aparecerá la Michelle, pero se dió la primera vuelta y no apareció. Vamos a tener la segunda vuelta y no aparece. Ahora último pareciera que se ha ordenado un poco más el naipe luego de unos desbarajustes iniciales de miedo, pero eso ha sido por la vía de que el gobierno y los partidos de la Concertación decidieron tomar el toro por las astas colocando a Bitar y Zaldivar el frente para, recién ahora, encarar a la derecha, a Sebastián, por pretender vestirse con ropa ajena, por querer hacernos creer que dirigir un país es lo mismo que dirigir una empresa.

Lo que me está quedando claro es que la campaña se centra en atacar las debilidades de Sebastián antes que en destacar las fortalezas del Gobierno, de la Concertación y de Michelle. Ahora siento que estamos en manos del Señor.

diciembre 13, 2005

Análisis político (parte 1)

Las recientes elecciones presidencial y parlamentaria se dieron en un contexto especialmente favorable para el oficialismo, esto es, para la Concertación y su candidata presidencial. El contexto no es otro que un respaldo ciudadano al gobierno encabezado por Ricardo Lagos y sustentado por la Concertación, que supera el 60% de aprobación. Es difícil encontrar un porcentaje similar en ningún otro gobierno en las postrimerías de su mandato.

Es en este contexto que haré mi evaluación de los resultados que se conocen. La candidata presidencial de la Concertación, Michelle, obtiene un 46%; los candidatos de la oposición por la derecha -su más cercano seguidor, Sebastián, un 25% y Joaquín un 23%- suman un 48%; y finalmente el candidato opositor por la izquierda no representada en el Congreso, Tomás, un 5%.

A nivel parlamentario los partidos de derecha suman un 38%, los de la Concertación un 51% y la izquierda extraparlamentaria un 7%. Al interior de las respectivas coaliciones, por la derecha, la UDI se consolida como la primera fuerza política nacional por sobre RN tanto porcentualmente como en número de parlamentarios. En la Concertación, la DC sufre un severo traspié, particularmente en su bancada senatorial, en tanto que en el PS, PPD y PRSD sacan cuentas alegres por el fuerte incremento que experimentan ya sea en votos como en parlamentarios.

A pesar de su simultaneidad, las elecciones presidencial y parlamentaria tomaron cursos distintos. No obstante el buen resultado parlamentario, la derecha dura representada por la UDI no pudo impedir la pérdida de las candidaturas de Bombal y Fernández, el primero alcalde en tiempos de Pinochet, y el Fernandez, exministro del interior de la dictadura y artífice de la constitución del 80. Y en la elección presidencial la candidatura de la UDI se perdió con el ingreso a última hora de Sebastián al ganarle éste la posibilidad de pasar a la segunda vuelta. A favor de la UDI se cuenta la reelección de Novoa, exsecretario general del gobierno de Pinochet, y la elección de Longueira, secretario de la juventud bajo Pinochet, como senador por Santiago oriente. La votación de la UDI (22%) fue casi similar a la obtenida por Lavín (23%), lo que señala claramente que el soporte de Lavín está conformado íntegramente por la UDI, reduciendo su representación a la derecha dura, pinochetista, fraguada en tiempos de Pinochet a través de las alcaldías, las que fueron utilizadas como vías de un posicionamiento político que ha logrado perdurar en el tiempo.

RN evitó su desaparición del mapa político gracias a la incursión presidencial de Sebastián, pero su peso dentro de la derecha sigue siendo significativamente menor al de la UDI. De hecho, la votación de Sebastián (25%) sobrepasó con creces la de RN que alcanzó tan solo al 14%. Por tanto, se puede afirmar que su apuesta por abrirse hacia el centro -una vez que la precandidatura presidencial de la DC (Soledad Alveal) quedó fuera de carrera- fue exitosa. De hecho, la votación lograda, de más de 10 puntos porcentuales por sobre la de su partido, así lo señala. No fue la derecha dura la que votó por él, sino que un centro político que no se sentía representada con los candidatos en carrera. Un centro político veleidoso, volátil, caprichoso, que no pudo sustraerse al encantamiento de un discurso embriagador de quien es el Berlusconi chileno. Un verdadero encantador de serpientes que ha amasado una fortuna a partir de la nada, proveniente de una familia DC. Un centro político cuyo comportamiento de alguna manera está señalando una suerte de derechización en la sociedad chilena que ha caído al embrujo de un discurso basado en el emprendimiento, la innovación y las oportunidades, características que suelen adosarse a los empresarios, con exclusión de los demás. En este plano, la condición empresarial de Sebastián, más que constituirse en un escollo, pasó a ser una de sus fortalezas. Su visión del país como una empresa, y su imagen de empresario exitoso, en un ambiente donde la lucha de clases ha pasado a ser una entelequia histórica, parecen explicar su vertiginoso ascenso. En términos de negocios, inteligentemente, aprovechó una oportunidad dada por un nicho no cubierto del mercado electoral, para incursionar con los resultados ya conocidos.

En la parte 2 haré similar análisis de la candidatura presidencial de la Concertación para después entrar de lleno a lo que será la segunda vuelta donde Michelle deberá ganar, sí o sí, pero ello pasa necesariamente por asumir el actual escenario. Sebastián logró perforar la Concertación, por lo que –en términos médicos- habrá que cerrar la perforación para evitar mayores pérdidas y recuperar una gran mayoría sobre la base de los logros gubernativos alcanzados, y la denuncia, de una derecha responsable del origen de la desigualdad imperante, que a la fecha no hemos sido capaces de superar, pero que redoblaremos los esfuerzos en esa dirección. Pero que no nos vengan a vender la pomada que Sebastián resolverá el drama de la pobreza. No serán los causantes de ella los que la resolverán.